El capital humano, de Paolo Virzì

Pocas cosas negativas se pueden decir de El capital humano. La obra italiana, que mezcla drama y comedia,  desglosa los primeros años de la crisis que sufrimos y se ha convertido en la visión más interesante que ha ofrecido el cine italiano en referencia al tema. Es una película con tres episodios protagonizados por distintos personajes y el acto final donde se muestran las consecuencias de sus actos. Tiene buen ritmo, unos actores muy competentes, dirección eficaz y esa auto parodia italiana que envidio por no basar su humor en estúpidos tópicos.

Las distintas historias son protagonizadas por tres personajes arquetípicos: un paleto con ambiciones económicas que decide arriesgar su vida entrando en un fondo de inversión que apuesta contra el estado; la mujer del hombre de negocios que admira el paleto de la historia anterior; y la hija adolescente del primer protagonista y ex novia del hijo de la segunda. En este teatro, los adultos utilizan el dinero como gasolina o fuente incustionable de placer; en cambio, los jóvenes son ajenos a él, se mueven por amor mientras que el dinero es amado y repudiado con distancia.

Avaricia, miseria (humana) e inocencia, sobre esos tres ejes se sustenta la película. Para añadir mayor fondo a la historia, se introduce la variable del atropello de un ciclista (de clase baja) que suma una linea paralela y separa el crimen y castigo económico del moral. En definitiva, muestra una sociedad a la deriva y su complicada salvación.

Tal y como he comenzado diciendo, pocas pegas le puedo poner a la película en sí misma, pero aun así no me acaba de entusiasmar. Le veo un problema principal: es de 2014. Ha pasado mas de un lustro desde Arcadia y Concursante, años de Inside Job, The Company Men o Blue Jasmine, incluso tengo la sensación de que Relatos salvajes le ha ganado la mano. Esto no invalida la película, que dentro de quince años se podrá seguir viendo como una obra competente capaz de provocar las mismas sensaciones.

Es muy probable que me meta en un área ideológica. Mientras la disfrutaba en el cine, pensaba en la intención de El capital humano mas allá del entretenimiento. La obra muestra unos personajes demasiado típicos: el caníbal financiero, su mujer empujada a hacerse la tonta y vivir en la frivolidad, el quieroynopuedo, la esposa ciega a las ambiciones de su marido, el niño mimado… Hace años que asimilamos estos personajes y la película juega con ellos para causar emociones y lanzar unas preguntas que quedan atenuadas por el déjà vu.

Quizá ha llegado de saltar al siguiente nivel, en Arcadia o Relatos salvajes ya se optaba por la violencia. Me atrevo a aventurar que lo siguiente sera el castigo, la falta de piedad hacia los personajes: señalar, aislar y torturar. Hará falta quemarles para encontrar el camino que se asoma tras la crisis, sea post-capitalismo, continuismo, la ruptura… Parece que mas allá de fabulas nadie parece querer coger el guante en el mundo cinematográfico. Pero es lo que espero, que pronto lleguen propuestas y análisis. Aventuras y prospectivas que sean valientes sin miedo a caer en el ridículo. Aunque, por favor, espero que eviten la variable del apocalipsis, que vendrá o no, pero lleva sonando en sus distintas caretas desde los cincuenta y suele resultar muy esquiva en ideas.

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