Un trago antes de la guerra, de Dennis Lehane

Hace años acabé maravillado por Mystic River, el primer libro que leí de Dennis Lehane, una obra compleja y crepuscular que funcionaba a la perfección. Desde entonces no había cogido ningún libro suyo, a pesar del gusanillo que me entró tras disfrutar la adaptación de Shutter Island, hasta queel otro día encontré en la biblioteca su ópera prima: Un trago antes de morir.

Reconozco que las expectativas podían ser demasiado altas, pero he terminado algo desilusionado con la novela. Si el estilo es ágil y fácil de leer, los personajes me han parecido demasiado arquetípicos y la trama demasiado simple. Cuando acabé el primer tercio, tuve que cambiar de mentalidad y asumir que la profundidad del libro no iría más allá de lo que aparentaba, después continué la lectura sin desagrado. Cogiéndolo y dejándolo en cualquier momento sin demasiada preocupación

Hay tres protagonistas, los detectives Patrick Kenzie y Angela Genaro, que tienen su oficina en lo alto de una iglesia; y la ciudad de Boston, asolada por las bandas y la corrupción. Patrick Kenzie, el narrador, es lo que se puede esperar de un detective privado: chulo, inconsecuente, varonil, alguien que no se acuerda de las heridas hasta que acaba la acción. Su compañera es una atractiva mujer de la que está enamorado y que sufre continuos malos tratos por parte de su marido.

Los detectives son contratados por un político para que encuentren a una asistenta que se ha fugado llevándose importantes documentos. La investigación les conduce por los barrios más peligrosos de la ciudad, enfrentándolos con el racismo y la violenta guerra abierta entre dos importantes bandas, dirigidas por un padre y su hijo que luchan por matarse. Como es de esperar, todos los hilos acaban uniéndose y los protagonistas se ven en el centro de un incontrolable huracán.

Una vez terminado el libro, al pensar en la estructura de la historia, encuentro cierta vacuidad. La concatenación de actos está bien llevada y es lógica, pero no me parece un gran artefacto. No hay sorpresas ni misterio, sólo acción. Encuentro que la parte más interesante está en los recodos que deja el autor para expresar sus opiniones sobre la corrupción o el racismo.

Claro que es el primer libro de Dennis Lehane y, por lo que me han dicho, la saga protagonizada por estos detectives coge calidad y envergadura, por lo que tampoco hay que penalizar demasiado la novela. Además, no es demasiado larga y está bien escrita, son 300 páginas que se leen en un par de horas.

(Reseña publicada el 8/09/2013 en mi anterior blog)

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