Bultzatu: mi pequeño homenaje a Claude Lanzmann

claude lanzmann

Cada autor maneja un abanico de referencias: otras lecturas, la situación política que vive, la serie que le tiene en vilo durante todo un año… Cualquier detalle puede filtrarse en su obra y ayudar a moldearla para mejor o peor. En mi caso, prefiero no comentar quién me ha influido o qué texto quiero tomar como ejemplo u homenaje a la hora de escribir. Soy partidario de que el lector tenga las suyas y juzgue desde su perspectiva, creo que justificar los referentes utilizados suena a excusarse sobre la validez de la obra.

Aunque dado el tiempo que ha pasado, esta vez voy a romper esa pequeña norma. Hace pocos días falleció el creador del documental que más me ha impresionado, Shoah. Claude Lanzmann ha muerto a los 92 años y deja un testimonio abrumador sobre el holocausto. Este documental rodado sin imágenes de archivo daba testimonio a distintas voces de víctimas, nazis y observadores más o menos cercanos sobre lo que ocurrió en los campos de exterminio y guetos como el de Varsovia. Durante más de diez horas se mezclaban las voces de esas personas con imágenes de las entrevistas o de los campos ya abandonados.

claude lanzmann

Shoah es una experiencia en sí misma. Afrontarla es estremecerse, llorar, llevarse las manos a la cabeza, aburrirse y sumergirse en un tempo del que no puedes alejarte. A mí me causó una enorme impresión cuando la vi a finales de 2011 o principios de 2012. La historia no se me fue de la cabeza durante meses. Lejos de los efectismos más soeces y en contrapunto al también magnífico cortometraje Noche y Niebla (Alain Resnais), en este documental solo hay verdad y humanidad.

Al hilo de lo que comento párrafos atrás, decidí utilizar este referente en una novela corta que quería escribir y que publiqué años después: Bultzatu. Para no aburrir demasiado, la resumiré como una ucronía en la que un antiguo guerrillero habla sobre cómo lucho contra los nazis cuando estos invadieron Euskadi. El grueso de la historia está narrada desde una primera persona que les cuenta sus vivencias a los entrevistadores con la misma cadencia y el ritmo pausado del documental. La traslación conllevaba largos párrafos, descripciones desde la lejanía de los años y heridas profundas. Para mí no fue fácil lograr el tono que quería, aunque creo que al final me acerqué a mis intenciones en ese aspecto.

Como digo, a mis intenciones. Después publicarlo no fue sencillo, hubo quien me dijo de reducirla a menos de la mitad y un editor me insinuó que si la alargaba a novela seguramente la publicaría, pero a mí me gustaba en esa extensión y tras un tiempo salió publicada en la antología Mariposas del oeste y otros relatos.

mariposas del oeste bultzatu

Personalmente, veía la referencia como muy evidente, tanto que no la disimulé en lo más mínimo y al entrevistador extranjero le puse el nombre de Claude, como el director Claude Lanzmann. Pensé que alguien me lo comentaría, pero claro, que en mi cabeza estuviese un documental de 1985 no quiere decir que también lo recordasen los lectores. O que lo hubiesen visto.

En fin, ahora que ha fallecido Claude Lanzmann, con quien no estaba de acuerdo en muchísimos temas pero a quien admiraba profundamente, me apetecía hablar por primera vez de este pequeño homenaje que realicé a su legado más importante. No escribo este texto para que se lea mi novela corta, pero sí recomendaría que se tenga la paciencia de degustar Shoah. Es todo un reto para el espectador actual, acostumbrado a pequeños premios desde los primeros minutos, pero también un documental que engrandece a quien lo ve.

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