Conferencia de Bruce Sterling en Tentacular

bruce sterling

Entre las actividades que se pudieron disfrutar la pasada semana en el Festival Tentacular destaca la conferencia de Bruce Sterling que cerró las jornadas. En su primera edición, se reunió en Matadero Madrid a un heterogéneo grupo de artistas y pensadores para dialogar sobre la cultura y el pensamiento digital desde un punto de vista crítico y, en general, poco complaciente con el tecnotriunfalismo imperante. Para acabar, el escritor de cyberpunk e investigador norteamericano ofreció una charla cargada de buen humor en la que repasó algunas de sus líneas de pensamiento.

Supongo que parte del público se acercó con interés por  su faceta literaria. Sin embargo, no dedicó más que un par de frases sueltas a esto y se centró en el análisis de distintos temas, saltando de uno a otro con rapidez y sin profundizar demasiado. El autor es invitado habitual en convenciones de Silicon Valley, donde representa el papel de conciencia incómoda, y afrontó alguno de los aspectos que suele tratar.

Bruce Sterling mostró gráficas sobre la caída económica que están sufriendo algunas de las grandes empresas estadounidenses, como Facebook, y crítico el anglocentrismo con el que miramos el mundo digital. Remarcó que siempre nos fijamos en las mismas, pero en Rusia, China o la India hay auténticos monstruos que avanzan más de lo que imaginamos. También mostró una infografía con más de un centenar de empresas y la relación que tienen entre ellas: una perspectiva complicada de asimilar, comprender y explicar.

Para él ya está demostrado que Amazon, Facebook o Google son empresas dañinas y, en una comparativa con otros sectores, afirmó que están por debajo de las empresas armamentísticas o del carbón en cuanto a maldad. Para él son similares al negocio de la aviación: hubo un gran auge hace años, pero ya asumimos sus tecnologías sin sorpresa y prácticamente son un engorro con el que lidiamos, como cada vez que viajamos en avión.

Dentro del mundo de las redes sociales más conocidas, piensa que los directivos de esas empresas fueron innovadores tiempo atrás, pero prosiguen al mando y ya no les importa tantísimo la innovación, su mayor preocupación es mantener la capacidad económica actual, sobre todo desde el punto de vista personal. Mostró una vieja centralita telefónica, llena de cables y algo oxidada, y la comparó con nosotros: así seremos vistos en un par de décadas.

Con buen humor, también disertó unos minutos sobre las tecnologías aplicadas al cuerpo, de las que se rió un poco. Puso el ejemplo de tener a los ochenta años las uñas de alguien de veinte años… pero seguir teniendo ochenta años.

En general, se desprendió de sus propuestas una sensación de canto a la juventud y a la búsqueda continua de nuevas propuestas. El escritor pasa gran parte de su vida viajando y descubriendo a nuevos artistas e investigadores, en un camino cuyo desencanto se ha transformado en ácida crítica sin caer en el cinismo. Tal y como fue la conferencia, Bruce Sterling mantiene una mirada sin prejuicios ni mitificaciones con la que analiza las repercusiones que causa cada avance tecnológico.

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