Crudo, un estimulante encuentro con el horror

Si hace unas semanas comentaba la pérdida de cualquier afán violento que sumerge en la incomprensión a la protagonista de La vegetariana, en esta ocasión encuentro en otra historia el camino contrario. La película francesa Grave (Raw para la mayoría, traducida como Crudo en español), narra el camino que recorre una joven desde el vegetalismo hacia impulsos caníbales a la vez que sale de la protección familiar para adentrarse en la crueldad del primer año universitario.

Quizá lo que más llama la atención de la Crudo en un primer momento es la decisión de la directora Julia Ducournau de no caer en las claves de ningún género concreto. Aunque podría catalogarse como gore por algunas escenas, ni el ritmo ni el trato de los conflictos son los esperados. El tempo es lento y hay un uso creciente de las imágenes que provocan incomodidad como si de una canción de jazz se tratase, con esporádicas subidas y caídas que juegan con la tensión en el espectador.

Crudo comienza cuando la estudiante de veterinaria Justine se enfrenta a la crueldad de los ritos de iniciación universitaria, que prácticamente llegan al delito, a la vez que a incómodas escenas con animales. También descubre un ansia por la ingesta de elementos de su propio cuerpo, amplíada posteriormente al de familiares y demás personas. Ante los espacios vacíos que deja la narración existe una carga simbólica en las imágenes y una hipnótica y multirreferencial dirección: videoclips, tragedia griega, Nueva Carne… La directora admite en entrevistas su interés por Sam Raimi, Dario Argento, David Cronenberg y David Lynch, pero no subyuga su estilo a la influencia y encuentra una identidad propia muy acorde a la historia narrada.

Bajo la tensión de la poco comprensible relación entre ambas hermanas, se encuentra una película con un punto de vista femenino en cada detalle. El horror del cuerpo que muta en la adolescencia, el sacrificio por encajar y moldearse a la sociedad, el sexo, los ataques sociales… Son múltiples los temas que pasan ante los ojos de Justine en dirección a la degradación y a encontrar su personalidad.

Mediante los cambios de la protagonista  la película expone la lucha entre el instinto y la sociedad. Llevamos muchos años preguntando qué es lo normal en el Estado moderno, el mismo Michel Foucault escribió largo y detallado sobre la opresión a la que vemos sometidos nuestras anormalidades a través de las administraciones. En Crudo, la protagonista sale de un entorno familiar represivo para ir a otro que supuestamente también lo será, en el que vive su hermana, quien no ha advertido de lo que ocurre en los ambientes universitarios. Pero el sistema educativo es falible y abandona a los jóvenes, el caos es aprobado por profesores y médicos, y en esa libertad Justine encuentra el espacio para ser ella misma. A pesar de que el poder ha sido traspasado a los alumnos, esta nueva estructura de poder carece de la fuerza suficiente como para contener la naturaleza de la protagonista.

Quizá el gran problema que pueda encontrar la obra está en su valentía, al no ser fácilmente calificable en un estilo muchos aficionados a las claves habituales de los géneros la encontrarán insatisfactoria, mientras que otros sentirán como inaguantables algunas escenas. De todas formas, a nivel personal creo que no hay que dejarse llevar por la promoción y, aunque hay escenas desagradables, están lejos de provocar desmayos o tanta polémica, como sí ocurrió con A Serbian Film o Saw VI.

El in crescendo de horror, las dudas particulares de la protagonista, el reflejo que encuentra la hermana mayor en ella… Al acabar la película queda la sensación de justificación de cada acto y con la última escena hay un giro que encaja las piezas y elimina la opción metafórica para optar por un realismo horroroso. El único detalle que me parece fuera de lugar es la primera escena, innecesaria en la cronología narrativa.

Casi opera prima, la directora acierta de pleno en sus decisiones, las actrices están notables y se vuelve a mostrar un cine francés que trata de rehacer el género gore. Comprendo que habrá quien rechace Crudo por muchos motivos, pero yo he encontrado una película estimulante en todas sus facetas.

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