La parábola del sembrador, de Octavia E. Butler

la parabola del sembrador

La obra de Octavia E. Butler esta viviendo una suerte de reencuentro con nuestro país en los últimos años. Hemos pasado décadas sin ningún libro disponible, pero en este momento tenemos cuatro a nuestro alcance y otro más en camino. Esta recuperación fue iniciada por Capitán Swing en 2018 con Parentesco, novela que en mi opinión mereció mayor repercusión, y ahora la misma editorial se lanza con otra propuesta: La parábola del sembrador.

Al iniciar la lectura de esta novela resulta evidente el paso del tiempo desde su publicación en 1993, no solo porque la premisa se desarrolla en casi nuestro presente, al menos en fechas, también por las obras que hemos podido leer de futuros similares, aunque con tonos bien distintos. Nos han visitado otros desmoronamientos de la sociedad y las vueltas a las tribus, creencias y la ultraviolencia. No solo se puede hablar de ejemplos como La carretera, también de propuestas maestras como la trilogía de Rafael Pinedo, aunque esta se desarrolle en una sociedad más extrema. Pero solo es una comparación de contexto, la historia de Butler resulta distinta en la mayoría de niveles.

El marco de referencias que surge al leer la sinopsis nos empuja hacia una visión oscura sobre lo que se contará, y no es para menos visto qué les ocurre a los personajes y las amenazas, violaciones, ataques y penurias que viven. Pero existe una diferencia que palpita en La parábola del sembrador y no en los títulos que pueden venirnos a la cabeza: Butler no es tan pesimista, a pesar de la trama, sigue buscando una bondad en los personajes.

Dicho esto, a modo de resumen, el personaje principal es la joven Lauren Olamina, personaje con una afección, hiperempatía, que le hace sentir físicamente lo que les ocurre a otros. Vive en una comunidad autogestionada que se protege del mundo exterior, donde saqueadores, pirómanos y asesinos campan con libertad. No existe más sistema u orden que el de las armas y la escasa policía no sirve de ayuda, siempre es descrita como corrupta. A ese presente se suma una crisis climática en la que el agua es un bien demasiado caro y los pocos comercios que hay resultan prohibitivos para la mayoría de la población que trabaja a cambio de alojamiento, no de dinero.

Tras mostrarnos cómo funciona la sociedad en la que vive, todo el mundo de la protagonista es destruido y se ve obligada a vagar junto a dos vecinos, primero sin dirección clara y después con una misión. En el camino por desérticas autovías y campo a través encuentra a otras personas, en ocasiones buenas, la mayoría hostiles. Mientras avanza, una trama religiosa va cogiendo forma.

Omito multitud de detalles para no estropear la lectura a nadie, pero a nivel general la novela se puede reflejar en estas líneas. Aunque apunto que es la primera de lo que iba a ser una trilogía y se quedó solo en dos por el fallecimiento de la autora. El prólogo está escrito por la conocida activista Gloria Steinem, lo que ya adelanta que volvemos a encontrar a una autora que fija el foco en el feminismo, a lo que también sumamos el tema racial con una protagonista negra y continuas referencias al tema.

Son distintos los méritos de la novela en la que Butler parece muy acertada en la toma de decisiones. Por ejemplo, la violencia es constante, aunque no se detiene a narrarla en exceso. Al vivir en un entorno extremo se deja de lado el explayarse en detalles que ya están asimilados. Además, la protagonista tiene un conocimiento escaso de lo que ocurre en el mundo y las causas de la mayoría de males se desconocen.

Esta es una novela muy ágil desde el primer momento, pero también resulta evidente que es de transición y que se irán desvelando más detalles en la siguiente. No existe prisa por contar lo importante, se va preparando al lector para lo peor a golpe de página. La narración es el diario de la protagonista, aspecto clave en la lectura porque todo lo que cuenta ha ocurrido en los días anteriores y permite golpear al lector cuando lo desea con un inicio de capítulo demoledor que lo descoloque o provoque el impacto necesario para continuar con mayor interés.

Son reseñables algunos detalles que no encajan del todo y en ocasiones parecen culpa de la estructura de trilogía. El ejemplo principal se nota en el problema de la joven al sentir el dolor ajeno con la hiperempatía. Aunque se cita, no afecta a la trama todo lo que debería y cuando empieza a coger importancia han pasado demasiadas cosas como para que no haga dudar al lector. Este Rosebud parece que será de mayor valor en la secuela, más con el cariz religioso de la historia, pero todavía es pronto para abordarlo en detalle.

La protagonista quiere creer, mejorar, no ha sido vencida por la catástrofe aún, y esto baña de optimismo la historia en algunos momentos, aunque cueste compartirlo. Pero también parece lógico con el personaje. Muchas de las decisiones resultan discutibles desde la madurez, pero la magia que aporta el disloque de la adolescencia es clave.

Volvemos a encontrarnos con la prosa de Butler. En ocasiones parece al borde del descuido o adolecer de una excesiva sencillez, pero no cae en lo simple. Ese estilo baila con el lenguaje y un tono que rozan lo básico pero también aportan dinamismo. Al narrarse desde el diario de una adolescente esto cobra más sentido que en otras obras.

La parábola del sembrador es una novela muy ambiciosa en el planteamiento y no se le escapa de las manos a una autora que se encontraba con un dominio del oficio muy marcado. No se pierde en detalles que hastíen al lector, ni siquiera se sufren esas subtramas tan habituales que en ocasiones parecen ser simple relleno en tantas novelas.

Se puede decir sin demasiadas dudas que La parábola del sembrador es un buen libro que no ha sufrido por el paso del tiempo a pesar de navegar por tramas que hoy son reiteradas. Butler se encontraba en una suerte de plenitud como escritora y supo dar una voz coherente a la protagonista a la vez que insinuar a los lectores lo que esta no ve. Entretenida, fácil de leer y con fortaleza, ahora solo queda esperar a que Capitán Swing nos devuelva a la historia con la continuación que ha sido anunciada para este mismo año: La parábola de los talentos.

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